de oración son especiales porque son diferentes de los momentos de trabajo. Pero la mayoría de nuestros momentos de oración serán comunes―no menos reales, solamente más rutinarios. *Es fácil reemplazar nuestra relación con Dios con el ministerio. Llegamos a ser como el hermano mayor en el relato del hijo pródigo (Lc 15:11–32). Sabemos del Padre, pero no lo conocemos. Pasamos tiempo trabajando para Él, pero no pasamos tiempo con Él. La oración devocional nos recuerda que somos hijos de Dios. No somos
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